Barú, Boquete y Canguilones.
Después de la visita de la capital, teníamos previsto ir hasta Boquete para visitar el volcán Barú.
Boquete es un agradable pueblo de montaña situado en un precioso enclave muy verde y con temperaturas agradables.
La subida al volcán Barú no está permitida con vehículos particulares y, dado que se trata de hacer en una mañana un recorrido en subida de 12 kilómetros con un desnivel de más de 2.000 metros y la correspondiente bajada, nos decantamos por la opción de hacer la excursión en uno de los 4×4 que realizan el tour. Salimos a las 3h 45 minutos de la madrugada para ver el amanecer desde la cima y con la esperanza de que el tiempo nos permitiera la posibilidad de contemplar el océano Atlántico y el Pacífico que es algo que según parece es el único punto en el mundo desde el que se pueden ver dos océanos.
La suerte no nos acompañó y el Pacífico estaba bajo un mar de nubes, sin embargo tanto el amanecer como las vistas del Caribe compensaron suficientemente la decepción.
Un simpático coatí llamado Gasparín muy bien alimentado por los turistas
Una muy agradable excursión con un esmerado servicio de la compañía que la realizaba que incluso, dispuso en la cima un copioso desayuno con bebidas calientes que se agradecían dada la temperatura de ocho grados que nos recibió al llegar aun de noche.
Visitamos también Los Cangilones de Gualaca, otro enclave con el río encajado entre rocas.