Samarcanda: otro de los puntos importantes en nuestro periplo

Después de un rápido paso por el sur de Kazajistán del que daremos cuenta junto lo que veamos en el segundo recorrido que haremos por este país en nuestro camino hacia la frontera con Rusia, entramos en Uzbekistán y nos dirigimos directamente a Samarcanda.

Realmente estábamos con muchas ganas de llegar a esta ciudad. Las expectativas eran altas y no nos decepcionó en absoluto.

En algunas ocasiones parece que todo de alía par hacer que una visita sea particularmente agradable y esta fue una de ellas ya que estacionamos nuestro camión en una inmensa superficie plana, limpia y tranquila para cinco noches que estaba a 1,3 km de la plaza Registán, el centro histórico.

Desde allí, a pie en algunas ocasiones y con nuestros patinetes en otras, pudimos conocer cada uno de los puntos importantes de esta maravillosa ciudad.

Registan Square, la Mezquita Bibi Khanum, el Observatorio astronómico Ouloyg Beg, la Necrópolis de Chah-I-Zinda, el Bazar Siyob, La tumba del profeta Daniel, el Mausoleo Ak Sarai donde está el sepulcro de Amir Timur (Tamerlán) unido a muchos paseos sin rumbo por la ciudad ocuparon los cuatro días que pasamos disfrutando de este esperado lugar de la Ruta de la Seda, aproximadamente en el centro del camino que unía comercialmente China con Europa y por el que pasó Marco Polo. No vamos a exagerar tanto como él lo relató (según se le atribuye) a Rustichello de Pisa transcrito en su obra Il Millone, pero ciertamente a veces las palabras se quedan cortas.

 

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