Una vez en Kourou hemos aprovechado el tiempo realizando algunas visitas
por los alrededores a la espera de la llegada de la pieza que nos falta.
por los alrededores a la espera de la llegada de la pieza que nos falta.
La más interesante nos ha llevado a las Islas de la Salud. El nombre es un
poco irónico, toda vez que se trata de las islas situadas a la vista de Kourou
que durante mucho tiempo sirvieron de cárcel para delincuentes y presos
políticos franceses en una condiciones de vida de una crueldad inimaginable,
sobre todo porque su funcionamiento terminó en los años 50 del siglo pasado.
Ayer, vamos.
poco irónico, toda vez que se trata de las islas situadas a la vista de Kourou
que durante mucho tiempo sirvieron de cárcel para delincuentes y presos
políticos franceses en una condiciones de vida de una crueldad inimaginable,
sobre todo porque su funcionamiento terminó en los años 50 del siglo pasado.
Ayer, vamos.
Reservamos el viaje con 24 horas de antelación y con muchos problemas de
información y a las ocho treinta de la mañana, a bordo de un catamarán que
aunque equipaba mástil y vela hizo el viaje con un ruidoso motor, cubrimos la
distancia de una hora y media que separa las islas de la costa. Se trata de
tres islas de las que solamente parece tener interés la mayor llamada île Royal.
Las otras dos, mucho más pequeñas, se llaman Saint Joseph y del Diablo y están
separadas de la primera por estrechos canales.
información y a las ocho treinta de la mañana, a bordo de un catamarán que
aunque equipaba mástil y vela hizo el viaje con un ruidoso motor, cubrimos la
distancia de una hora y media que separa las islas de la costa. Se trata de
tres islas de las que solamente parece tener interés la mayor llamada île Royal.
Las otras dos, mucho más pequeñas, se llaman Saint Joseph y del Diablo y están
separadas de la primera por estrechos canales.
Una vez desembarcados recorrimos el sendero que da la vuelta a la isla y que pasa por las dependencias
reconstruidas en parte de la antigua prisión. Realmente se trata de sórdidas
estancias en las que se hace difícil pensar que los reclusos pudieran
sobrevivir mucho tiempo. Se estima que durante el periodo en el que estuvo
activa la prisión murieron allí más de ochenta mil personas por enfermedad,
guillotina y otros avatares. Sin poder asegurar que no sea una leyenda, parece ser que el famoso Papillón estuvo confinado allí y de allí se fugó en varias ocasiones.
reconstruidas en parte de la antigua prisión. Realmente se trata de sórdidas
estancias en las que se hace difícil pensar que los reclusos pudieran
sobrevivir mucho tiempo. Se estima que durante el periodo en el que estuvo
activa la prisión murieron allí más de ochenta mil personas por enfermedad,
guillotina y otros avatares. Sin poder asegurar que no sea una leyenda, parece ser que el famoso Papillón estuvo confinado allí y de allí se fugó en varias ocasiones.
Terminada la visita, nos instalamos en una sombra al borde del mar para dar cuenta de una tortilla de patatas que ya la hubieran querido los presos y refrescarnos con un buen baño marino.
A las 16,30 retorno al continente.
En la mañana siguiente fuimos a esperar la llegada de Michel con el manocontacto al parking de la base de lanzamiento, pero recibimos un mensaje suyo diciéndonos que la pieza no había llegado, por lo que, algo desilusionados, decidimos pasar el resto del día allí.
Al día siguiente nos acercamos a una lavandería automática para hacer colada y al terminar salimos hacia Montsinery en donde ya habíamos pasado una tranquila noche y que nos aproximaba a Cayene, hasta donde tendríamos que ir a recoger la pieza.
Dado lo agradable del sitio, la posibilidad de repostar agua y la necesidad de asegurarnos de que cuando fuéramos a Cayene la pieza ya hubiera llegado, pasamos allí dos noches.
Regresamos a Cayene y, ¡por fin la pieza nos esperaba en el servicio Man!
Con el preciado tesoro en nuestro poder, nos instalamos en el tranquilo parking de la reserva Grand Matoury que ya conocíamos, para cambiar la pieza y pasar la noche allí. Todo fue bien. La avería parecía resuelta y por fin éramos libres de continuar el viaje.
A la vista de que no llegaba el mensaje de confirmación para asistir al lanzamiento del cohete Soyuz solicitado hacía ya muchos días, decidimos suspender la espera y partir hacia Suriname visitando en el camino Sinnamary y Saint Laurent du Maroni ya en la frontera.
No hubo demasiado que ver y en dos días estábamos subiendo el camión en el transbordador que pasa desde Saint Laurent a Albina en Suriname.
Hola Carlos y Pilar.
Hacía mucho que no seguía el blog ( fallo terrible ). Os sigo por Facebook, pero no es lo mismo.
Me alegra que todo vaya bien, dentro de lo que cabe, la aventura es la aventura.
A partir de ahora estaré más atento al blog.
Cuando estéis por España hacerlo saber a ver si podemos hacernos una visita, y escuchar de primera mano, vuestro fabuloso viaje.
Saludos de Carlos y Estrella.