Tras una buena compra de provisiones en el hiper que está al lado del hotel, comenzamos la marcha que nos iba a a tener casi tres días a más de 4.000 metros. una primera noche poco confortable en una estación de servicio de Juliaca (el pueblo más feo de Perú) llegamos hacia la hora de comer al cruce de la carretera transoceánica, muy nueva y en bue estado. En el pueblo del cruce, que ya conocíamos, Urcos, compramos a una cholita en el mercado unas raciones de chancho asado (cerdo) que estaba sensacional y tras dar buena cuenta del manjar reemprendimos la marcha remontando un primer puerto con pendientes inverosímiles que pasa a 4.500 metros. Poco después y antes de que llegara la noche acampamos en un discreto rincón.
La mañana siguiente la empezamos con un nuevo puerto que es el más impresionante que hemos remontado. Pasa a 4734 metros y desciende desde esa altura en poco más de 80 kilómetros.
Una noche en un campo de futbol ya en plena selva y poco más de una hora en la mañana siguiente nos han dejado en Puerto Maldonado. La ciudad no vale nada, pero estamos acamados en un lodge con piscina y wufi en medio de la selva con monos, aves, mariposas…. y mosquitos, muchos mosquitos.