Algunos meses más tarde y cuando la esperanza crecía, una biopsia de comprobación salió todo lo mal que podía salir y en pocos días Pilar partió para su viaje último.
Con ella partió la que fue mi querida compañera de vida y felices aventuras durante más de dieciocho años.
Una compañera valiente y decidida que dejó un enorme hueco en mi vida.
Descansa en paz, Pilar, allá donde estés. Siempre estarás presente en mis pensamientos y recuerdos felices y de alguna manera, a mi lado por los caminos de este mundo por el que hicimos tantos kilómetros juntos.