¡¡¡Bordeando Brasil en el Grande Brasile… y llegando a La Argentina!!!

Durante la escala en Río de
Janeiro, con gran emoción, desembarcamos y partimos para hacer un recorrido aprovechando
el paso por esta ciudad de mucha fama. Nos condujo Hamilton en su microbús, con
su amplia sonrisa y ganas de hablar, se entendió con Carlos, que aprovechó para
practicar su “portuñol” (nombre gracioso del portugués mezclado con el
español), “dialecto” aprendido en la etapa anterior de su viaje por América del
Sur. 

Las favelas, el estadio de Maracaná,
el Sambódromo, el Cristo del Corcovado, la playa de Copacabana… en ese orden
Hamilton nos llevó y nos describió cada sitio. Debido a que se estaban viviendo
los días del mundial de futbol, el tema principal fue este deporte mientras
rodábamos por vías en constante embotellamiento, luego calles estrechas llenas
de coches, residuos y gente repartida en la aceras, bajo los puentes,  escurriéndose entre los automotores o
ingresando o saliendo de las fachadas deterioradas, construcciones abandonadas,
que se imponían ante los espacios y edificaciones públicos de apariencia nueva y
mientras nos acercábamos al corazón de la ciudad la topografía subía junto con
la calidad del paisaje.

Al internarnos en el parque
natural, el contraste fue tal, que todo se transformó y ya desde el mirador del
Cristo del Corcovado apreciamos el mar y las montañas en las que se insertan
las áreas construidas y todo parece perfecto.
Las escalas en  Vitoria, Santos y Paranaguá, fueron demasiado
cortas. En Vitoria nos quedamos en el barco y en Santos  apenas una escapada para comprar tarjetas SIM
para el teléfono y una cerveza. En Paranaguá, el agente marítimo nos llevo a la
ciudad, lamentablemente era de noche y Brasil acababa de perder su pase a la
siguiente fase del mundial, así que nos llevo a un centro comercial cerca de un
supermercado, recorrimos la tienda mirando curiosidades y diferencias en
nombres y tipos de alimentos y antes de que nos recogieran de vuelta nos sentamos
a  beber una cerveza fría. Brasil estaba
triste.
Desde allí tres jornadas en el mar
para llegar a Zárate (Argentina). Una visita de un día a Buenos
Aires en donde pudimos pasear, sentarnos en un buen restaurante (parrilla) para
darnos un festín de asados y buen vino, visitar el barrio Caminito y terminar
el día con una agradable velada en el barrio de San Telmo en una de las más
antiguas “Casas del Tango” disfrutando de Tango en directo. Muy buen día.

¡Ya queda poco para empezar a rodar!

Entrada al puerto de Vitoria.
Primera tierra americana a la vista.

Vitoria. 
El Grande Brasile reflejado en una fachada de cristal en Vitoria.


Rio de Janeiro.

Una Favela.

En el Sambódromo.

Otra favela cerca de Maracaná.



Vistas desde el Mirador del Cristo del Corcovado.

  

Un tití contemplando a los turistas.

Buenos Aires:
Caminito, Casa Rosada, Plaza de Mayo.

Una velada con tango.

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