El desembarco en Montevideo

 

 
 
Por fin, en la tarde del día 13 de Julio pusimos nuestras ruedas en
Uruguay. Se había terminado una larguísima travesía que gracias a la simpatía
del Capitán del barco, Denyo (búlgaro), su segundo de a bordo Pawel  (polaco) y de toda la tripulación (mayormente
filipina) se hizo soportable e incluso divertida en muchos momentos.
Sin embargo la gana de comenzar a rodar era ya difícilmente controlable.
Un paso sin ninguna dificultad de la aduana de entrada al país y un corto
recorrido hasta el lugar de acampada más utilizado de Montevideo, Punta
Carretas y a pasar la primera noche sin balanceo.
En Montevideo teníamos algunos asuntos que resolver como reparar los
desperfectos causados por el reventón en la autopista francesa que  se solucionaron sin problemas, incluso con
beneficios colaterales, ya que el taller en el que nos repararon el poliéster
del paso de rueda trasero, propiedad de un gallego, Rosendo y de su yerno Paco
también coruñés nos sirvió de campamento dos noches y no porque ese fuera el
tiempo de reparación (unas cinco horas) sino gracias a la gentileza de los
propietarios que nos ofrecieron permanecer allí en total seguridad, con
electricidad y agua.
Compras de productos de alimentación, tarjeta telefónica, paso por lavandería
y algo de turismo por la ciudad nos entretendrán varios días.
 
 
 
Paseo en patín por la ciudad.

 

Palacio Salvo en la plaza de la Independencia
 
 

 

Francia acaba de ganar el mundial y unos            muchachos lo celebran en la plaza de la                Independencia. La estatua es del General Artigas.
 

 

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