Acampada con la policía de Turismo.
Con las magníficas sensaciones de la caminata hasta la cima del volcán Pacaya emprendimos el corto camino a través de los valles enmarcados por los tres volcanes que rodean la ciudad de Antigua, en su origen llamada Santiago de los Caballeros, en donde nos instalamos en un lugar que mencionaremos por lo insólito: en esta preciosa ciudad colonial la Policía de Turismo permite acampar en una finca de su propiedad en pleno centro histórico, un lugar sombreado, gratis, plano y, cómo no, totalmente seguro.
Ojalá todas las ciudades ofrecieran algo parecido.
Desde allí aprovechamos para hacer algunas compras y sobre todo para una detenida y tranquila vista de la ciudad, tanto de noche como de día.
Recorriendo Antigua Guatemala.
Se trata de una de las más bonitas ciudades coloniales de América, bastante bien conservada a pesar de que su historia es una sucesión de desastres provocados por los frecuentes y demoledores terremotos que han propiciado que sea reconstruida una y otra vez e incluso que la capitalidad del territorio que en tiempos cubría desde México hasta Panamá se trasladara a Ciudad de Guatemala, de donde viene su nombre: Antigua Guatemala.
Ni que decir tiene que ese ambiente colonial la hace parecer muy española habiendo que el deambular por sus calles sea un verdadero placer al contemplar las edificaciones de una o dos plantas con sus ventanales de esquina protegidos por bonitas rejas forjadas, para que al levantar ocasionalmente la vista, nos topemos con la imponente silueta de uno de los volcanes que la custodian o la amenazan.
Solamente, y con intención constructiva, sugerir a las autoridades la supresión o al menos disminución del tráfico rodado por el centro histórico.