Cambio de planes a causa de la pandemia.
Después del larguísimo periodo de parada de nuestra aventura causado por la pandemia, que en principio iba a ser de dos o tres meses como máximo y acabó por durar siete, conseguimos con muchos problemas, un vuelo desde Madrid a México DF para el día 2 de noviembre.
Llegados al destino pasamos una semana en la casa de Carlos, el hermano de Magy, poniendo todo a punto y montando recambios y accesorios que traíamos desde España, entre otros nada más y nada menos que el nuevo equipo de agua caliente y calefacción que fuimos montando poco a poco.
Recorriendo por el estado de Puebla de Zaragoza.
Conocimos Puebla, Atlixco, Cholulay sus alrededores acompañados por Carlos.
Arrancamos a mediados de mes hacia la zona del volcán Popocatepelt con una parada para saludar a nuestros ya viejos amigos argentinos del equipo “las 6 Hormigas Viajeras” con los que pasamos un par de días en las proximidades de Cholula.
Popocatepelt e Iztaccíhuatl.
Desde allí, por una pista infernal de 15 km subimos hasta el parking del volcán en el llamado Paso de Cortés porque, según parece, Hernán Cortés pasó por allí camino de México. A partir de allí, únicamente se puede continuar a pie y no en dirección al cráter, cuya aproximación está prohibida por razones de seguridad ya que está activo y continuamente arroja fumarolas, sino casi en dirección opuesta hacia otros volcanes extintos. La zona se llamaba La Joya y el volcán Iztaccíhuatl, en un recorrido muy bonito, aunque un poco incómodo a causa de la ceniza que cubre el sendero y que se levanta con facilidad.
Una marcha de unas tres horas nos llevó hasta el mencionado paraje en donde comimos, descansamos y comenzamos el retorno que realizamos con mucho viento que levantaba el polvo el camino, pero con el Popocatepelt siempre a la vista. Un gran día con sol y buena temperatura.
Cambio de lavabo.
Retornamos a Atlixco en donde habíamos encargado un nuevo lavabo para sustituir al viejo que se había roto al caerle encima un vaso. El lavabo de piedra y hecho a medida ha pasado a constituir la “pieza de diseño” de nuestra casa. Todo ello por un precio realmente bueno: algo menos de 40 €.
Ahora ya estábamos de nuevo en acción.