A la vista de que teníamos tiempo sobrado para llegar a la zona de Ica en
las fechas del rallye Dakar, decidimos visitar Ayacucho.
las fechas del rallye Dakar, decidimos visitar Ayacucho.
Si el recorrido desde Chinchero hasta el propio Ayacucho ya resultó de una
enorme belleza con permanentes subidas hasta los cuatro mil metros y sus
correspondientes bajadas vertiginosas, la aventura que constituyó recorrer el
trayecto desde allí hasta Nazca, nos hizo disfrutar durante una semana del más
auténtico Perú.
enorme belleza con permanentes subidas hasta los cuatro mil metros y sus
correspondientes bajadas vertiginosas, la aventura que constituyó recorrer el
trayecto desde allí hasta Nazca, nos hizo disfrutar durante una semana del más
auténtico Perú.
La carretera, casi toda asfaltada, presentaba en sus casi seiscientos
kilómetros un solo carril que, la mayor parte del tiempo discurría sobre una
exigua plataforma con una pared a un lado y un precipicio imponente al otro.
kilómetros un solo carril que, la mayor parte del tiempo discurría sobre una
exigua plataforma con una pared a un lado y un precipicio imponente al otro.
Los paisajes eran de una belleza sobrecogedora, los pueblecitos y sus pobladores sin ningún tipo de
influencia exterior nos causaron una profunda y agradable sensación , aunque la
fatiga lógica de recorrer la difícil carretera estuvo presente, quedó
ampliamente compensada por los fantásticos lugares que pudimos escoger para
acampar, en unas ocasiones en las plazas centrales de los pueblos en un
ambiente muy acogedor y tranquilo que nos permitió largas charlas con los
lugareños y en otras en lugares de enorme belleza a la orilla de lagos, ríos o
plataformas colgadas sobre panoramas impresionantes.
influencia exterior nos causaron una profunda y agradable sensación , aunque la
fatiga lógica de recorrer la difícil carretera estuvo presente, quedó
ampliamente compensada por los fantásticos lugares que pudimos escoger para
acampar, en unas ocasiones en las plazas centrales de los pueblos en un
ambiente muy acogedor y tranquilo que nos permitió largas charlas con los
lugareños y en otras en lugares de enorme belleza a la orilla de lagos, ríos o
plataformas colgadas sobre panoramas impresionantes.
En un intento de describir las sensaciones habidas relataremos la anécdota
de una de las noches. Habíamos acampado a la orilla de un lago y tras dar un
paseo por su orilla cenamos y cuando ya estábamos a punto de acostarnos,
escuchamos el motor de un vehículo que sonaba muy cerca. Nos asomamos a ver de
qué se trataba y nos encontramos con un motocarro (muy típicos por aquí como
taxis) del que descienden dos agentes de policía y una tercera persona. Los
agentes, muy amablemente, nos informan que se han acercado para tomar nota de
nuestros documentos a fin de tener todo bajo control y proporcionarnos un número de teléfono al que llamar en caso
de alguna emergencia. Pero la sorpresa viene cuando nos presentan a la tercera
persona que viajaba en el motocarro, diciéndonos su nombre y su cargo: se
trataba del Sr. Gobernador de la zona. Es decir, o bien el Sr Gobernador había
ido a buscar a los policías o eran estos los que habían reclamado la presencia
de la máxima autoridad para cumplimentar a los turistas La estampa de ver a dos agentes de policía
subirse al motocarro del tamaño
aproximado a la mitad de un utilitario pequeño, junto al Sr. Gobernador,
que por otra parte era quien conducía, aun nos acompaña en nuestras
conversaciones .
de una de las noches. Habíamos acampado a la orilla de un lago y tras dar un
paseo por su orilla cenamos y cuando ya estábamos a punto de acostarnos,
escuchamos el motor de un vehículo que sonaba muy cerca. Nos asomamos a ver de
qué se trataba y nos encontramos con un motocarro (muy típicos por aquí como
taxis) del que descienden dos agentes de policía y una tercera persona. Los
agentes, muy amablemente, nos informan que se han acercado para tomar nota de
nuestros documentos a fin de tener todo bajo control y proporcionarnos un número de teléfono al que llamar en caso
de alguna emergencia. Pero la sorpresa viene cuando nos presentan a la tercera
persona que viajaba en el motocarro, diciéndonos su nombre y su cargo: se
trataba del Sr. Gobernador de la zona. Es decir, o bien el Sr Gobernador había
ido a buscar a los policías o eran estos los que habían reclamado la presencia
de la máxima autoridad para cumplimentar a los turistas La estampa de ver a dos agentes de policía
subirse al motocarro del tamaño
aproximado a la mitad de un utilitario pequeño, junto al Sr. Gobernador,
que por otra parte era quien conducía, aun nos acompaña en nuestras
conversaciones .
Sobre Ayacucho comentaremos que tiene una bonita plaza colonial junto con
algunas bonitas casonas bien
conservadas. Acampamos en una tranquila plaza cerca del centro con algunos
problemas para llegar a ella, pero en la que nada ni nadie nos molestó.
algunas bonitas casonas bien
conservadas. Acampamos en una tranquila plaza cerca del centro con algunos
problemas para llegar a ella, pero en la que nada ni nadie nos molestó.
Antes de llegar a Nazca visitamos el museo del Refugio de Pampa Galeras y
acampamos una noche al pie del Cerro Blanco que pasa por ser una de las mayores
dunas del mundo, pues con su base a unos
600 msnm se alza hasta los 2500 m.
acampamos una noche al pie del Cerro Blanco que pasa por ser una de las mayores
dunas del mundo, pues con su base a unos
600 msnm se alza hasta los 2500 m.
Laguna de Pacucha
En la orilla del río Pampas
Ayacucho
Aguas turqquesas del río Millpu
Aucará
Ruinas de Andamarca