Pokhara y Katmandú

Terminada la visita del Mustang planeamos visitar Pokhara y Katmandú.

En Pokhara pasamos dos días durante los que recorrimos los puntos de interés en un scooter de alquiler. Es una ciudad que al estar al borde de un bonito lago y en un magnífico escenario de montañas, resulta bonita, sin embargo, nosotros solamente la pudimos disfrutar a medias, ya que, por la época en la que estuvimos, la bruma oculta las montañas impidiendo disfrutar de las que sin duda son magníficas vistas del macizo del Annapurna. Aun así, varios paseos por la ciudad y las visitas que hicimos aprovechando la agilidad de la moto, nos dejaron una visión bastante completa.

En el camino hacia Katmandú hicimos un alto de una noche para visitar Bandipur, un bonito y típico pueblo de montaña muy cuidado, por el que fue una delicia vagabundear.

Reemprendida la marcha, sufrimos la tortura de la carretera hasta Katmandú, que, a pesar de que une las dos principales ciudades del país, es realmente imposible, hasta el punto de que a duras penas conseguimos hacer una velocidad media de 12 km/h.

En Katmandú, dejamos el camión en el campamento (por llamarle algo) que es lugar de reunión de todos los overlanders que pasamos por allí, para visitar la ciudad. Desde allí visitamos el centro de Katmandú, muy pintoresco, aunque ya un poco desvirtuado por el turismo, con decenas de templos y sobre todo la Durbar Square o Plaza del Palacio, de las que en realidad hay tres correspondientes a otros tantos gobiernos independientes aunque en la actualidad todos reunidos en Katmandú y su área metropolitana. A bordo de nuestro camión pasamos por Bhaktapur en donde visitamos la preciosa Durbar Squarer. Todos los templos y palacios están en muy buen estado de conservación y resultan muy estéticos con su combinación de piedra, ladrillo y madera.

Desde allí un pequeño desplazamiento nos acercó a Nagarkot con la intención de ver el Everest en la lejanía, para lo cual acampamos en el mirador desde el que es posible. Sin embargo, aunque salimos del camión antes de las cinco de la mañana una vez más amaneció cubierto de bruma y nos quedamos con las ganas.

De vuelta a Katmandú, visitamos la Durbar Square de Patan. Realmente es también muy espectacular y muy bien conservada.

Terminada la visita Katmandú y sus alrededores arrancamos para una etapa que nos daba bastante pereza: teníamos que salir de Nepal, hacer casi mil kilómetros a través de India y tras entrar en Pakistán, pasar por Islamabad y continuar un largo camino para visitar Cachemira, pero eso será objeto del siguiente post.

La conclusión, al final de nuestro paso por Nepal, es un poco contradictoria: ciertamente hicimos visitas inolvidables como el Parque Nacional Bardiya, el valle del Mustang y la propia Katmandú, aunque las dificultades de comunicación debidas al estado de las vías, hacen que el balance sea un poco justo. En fin, ya hemos visitado el país y seguramente el tiempo suavizará las sensaciones de los malos ratos en las carreteras dejando en nuestro recuerdo la parte bonita de nuestra visita.

Pokhara y Katmandú, la película

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