atravesamos una tras otra las cadenas de montañas, rodando sobre una carretera
asfaltada en su mayor parte, pero de un solo carril, que en ocasiones dejaba el
espacio justo para hacer una curva entre una roca vertical
por un lado un precipicio sin fondo por
el otro. De nuevo, magníficos paisajes y agradables lugares para pernoctar.
fortaleza de Kuelap en el telecabina inagurado recientemente, Una obra de ingeniería realmente
espectacular que salva en veinte minutos el enorme desnivel que antes era necesario recorrer sobre quince kilómetros de mala pista.
y realmente el área arqueológica lo merece. Se trata de un recinto amurallado,
cuya muralla alcanza en algunos puntos los veinte metros de altura, que aloja
en su interior lo que puedo ser una población de los Chachapoya que lo
habitaron entre 1.100 y 1.400 d.C. hasta la llegada de los incas y de forma
casi inmediata de los españoles. Se aprecian las plantas de las viviendas y
otras edificaciones que se suponen templos o lugares de uso ceremonial
sobresaliendo una de ellas de forma troncocónica invertida.
donde nos permitieron usar el dron para hacer unas tomas volando hasta su
altura. Se trata de sarcófagos de cañas y barro de forma antropomorfa que
seguramente fueron lugar de enterramiento para los notables de la cultura
Chachapoya.
cuanto a su altura, aunque en dos caídas. Un bonito recorrido por una senda en
medio de un bosque tropical y una preciosa vista de las cascadas desde su base.
También un regreso bajo una pertinaz y fuerte lluvia tropical que nos hizo
llegar al camión absolutamente empapados.
Sarcófagos de Karajía:
Catarata de Gocta: