Con la habitual incertidumbre para el paso de la frontera debida a la carencia del Carnet de Passage en Douanne llegamos a la zona fronteriza entre Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos (EAU).
Los trámites de salida de Arabia se resolvieron de forma bastante rápida y llegamos al lado de EAU.
Toda la información de la que disponíamos (APP especializada, RACE, otros viajeros, lugareños) indicaba para entrar en Emiratos: “Carnet de Pasaage en Douanne obligatorio”, sin embargo, en ningún momento se nombró el dichoso libro y en algo más de una hora rodábamos por EAU.
Es decir, circulan por el ambiente viajero una serie de mitos que además de fomentar la burocracia únicamente sirven para causar inquietud a los que estamos en ruta. Sirva como ejemplo el hecho de que en toda la documentación que tenemos dice que el CPD es obligatorio en casi todos los países de América del Sur, cosa que nosotros podemos desmentir categóricamente, pues en casi 30 pasos de aduanas franqueados allí, nunca nadie nos pidió el DPD ni siquiera nadie lo nombró, es más, estamos casi seguros de que en la mayoría de aquellos países no saben de lo que se trata.
Con la satisfacción de haber esquivado una vez más la absurda y obsoleta burocracia representada por el DCP, pusimos rumbo Liwa, en donde se estaba celebrando un famoso evento anual que reúne a decenas de miles de personas: es el Liwa Festival.
El evento gira principalmente en torno al mundo del motor en su vertiente off-road, aunque a lo largo de los 16 días que dura, hay, además de las carreras y exhibiciones automovilísticas, carreras de halcones, de camellos, de caballos, una exposición de autos clásicos, etc.
En un bonito paraje entre dunas, al pie de la que, según dicen es la más alta de la zona (¿cómo no?) y que se llama Moreeb Dune se asientan todas las pistas de competiciones, una avenida con tiendas, talleres, una estación de servicio portátil, una enorme zona de bares y cafeterías y varias inmensas zonas de acampada libre y otras habilitadas como RV (aquí llaman a las caravanas como en EE.UU.) con impecables instalaciones sanitarias equipadas con duchas (agua caliente), tomas de agua y electricidad y descarga de residuales.
Todo ello con una organización cuidada a la que únicamente habría que convencer para mantener un poco a raya las imprudencias e infracciones que de forma permanente se producen en la circulación.
Como ya viene siendo habitual, el patrón salió a recibirnos y al enterarse de que veníamos de muy lejos a participar en el evento, nos ofreció la estancia gratuita durante el tiempo que quisiéramos permanecer (eran 25€/noche) e incluso un día nos hizo llegar el almuerzo en forma de catering. Dos días después fuimos invitados a una gran tienda de campaña en la que tenían instalado un bufet para visitantes VIP, en el que nos agasajaron con una espléndida comida con platos típicos del país: carne asada, pescado, marisco, dulces…, una bolsa con bonitos detalles de recuerdo del Festival y a media tarde un tour por todo el área en un bus de dos pisos acompañados por el atento Mohamed, que acabó con una vista al llamado Liwa Village, un recinto de bonita construcción que alberga salones de reunión, una inmensa pantalla de proyección, juegos para chicos y grandes, locales de presentación de productos artesanos, escenarios con representaciones folclóricas, etc.
Acampados allí pasamos las fiestas navideñas y recibimos el Año Nuevo.
Agradecemos mucho a todo el personal del Festival la acogida dispensada.
Fue, en fin, una etapa muy diferente de las habituales, pero muy, muy agradable, que pasa a formar parte de esos recuerdos de los viajes que quedan para siempre en nuestra memoria.
¡Adiós a Liwa y su simpático Festival 2023! ¡Vamos hacia Abu Dabi y Dubai!
El festival se desarrolla en el desierto, rodeado de preciosos paisajes de dunas
Además de los eventos deportivos, durante todo el día hay un gran ambiente amenizado por un permanente ruido de motores de los espontáneos que proporcionan espectáculo de forma extraoficial
