De vuelta de la Transpantaneira rebasamos Cuiabá para llegar a un entorno más fresco: el P.N. Chapada dos Guimaraes.
Encontramos un terreno de camping plano, con sombra, wifi y corriente eléctrica a 220 v., cosa esta última un poco rara en Brasil y allí pasamos algunas jornadas mientras visitábamos los alrededores. Cascadas como la muy bonita llamada Véu da Noiva (Velo de novia) y sobre todo aves, aves y más aves de todos los colores.
A destacar, una vez más la acogida de la gente de Brasil. En esta ocasión dos menciones especiales: la pareja que es la dueña del camping, Rosaléia y Newton que fueron sin duda los propietarios de un camping más agradables que nunca hemos encontrado. Una de las noches cenamos con ellos en su porche y mantuvimos una animada charla sobre los temas más variados, ecología, política y muchos más.
Y desde luego un encuentro realmente memorable. Llegábamos a nuestro camión que estaba aparcado en Chapada y vemos a cinco personas que están observándolo y haciéndose fotos junto a él.
Hasta aquí nada fuera de lo corriente, pero al llegar empezamos a hablar y uno de ellos, Álvaro, se dirige a nosotros con un acento gallego «de libro». Yo lo noto enseguida y él me hace saber que había visto la matrícula del camión y no lo podía creer y claro, era gallego como no podía ser de otra forma tras oírle hablar. A partir de eso una animada charla en la que nos presenta a su esposa brasileña y a sus cuñados y sobrino (no pongo más nombres por una razón de discreción, pero nosotros los conocemos y los consideramos nuestros amigos con sus nombres).
Nos despedimos, pues ellos tenían algo de prisa y al día siguiente nos llega un SMS en el que nos invitan a comer en casa de sus cuñados en Cuiabá. Acordamos la cita y con ellos pasamos un día genial con una espléndida comida en la que prepararon Picaña, un extraordinario plato brasileño de carne hecha en la lumbre, acompañado de otras cosas buenísimas: una vinagreta que es algo muy fresco y bueno, mandioca y arroz como guarnición. Mención especial al detalle de la esposa de Álvaro que hizo dos riquísimas tortillas de patata. Todo estaba extraordinario. (observar que no digo «exquisito» como correspondería, porque esa palabra tiene un significado peyorativo en Portugués). Piscina, cerveza helada y sobre todo una compañía inigualable hicieron que el día se convierta en uno de los más recordados de nuestras andanzas y que nos deja, una vez más, unos buenos amigos conocidos en el camino, y esta vez dos de ellos viven en España. Nos veremos en uno de nuestros viajes a casa. ¡Seguro! Creo que tenemos mucho en común y, sin duda, un imborrable recuerdo de la jornada compartida.
También conocimos a Joel, el atento y simpático propietario de la Pousada EcoVerde de Cuiabá que amablemente había accedido a ser el receptor de un paquete que nos tiene que llegar desde España.
No hay palabras para la acogida que nos dispensó incluido un gran desayuno (café da mañá) que además de café tenía de todo: huevos fritos, zumos, bollos, etc. del que dimos buena cuenta en el bonito jardín de la pousada decorado con toda clase de antigüedades que le confieren un muy agradable ambiente. Joel además de hablar español entre otros idiomas es guía muy reconocido del Pantanal.
Gracias también a Joel por todas sus amabilidades solamente a cambio de una T-Shirt de Arequipa que nos pidió para su colección. Desde España le enviaremos alguna de La Rioja, Logroño y Pamplona.
Todo esto confirma que, si bien hemos sido recibidos en todos los países de una forma muy agradable y cariñosa, la gente de Brasil ha puesto la guinda al pastel.
Y de nuevo termino el relato de esta etapa con una agradable anécdota.
Para terminar nuestro recorrido por la zona del P.N. Chapada dos Guimaraes llegamos al remoto pueblo de Bom Jardim, situado en un bonito entorno y nos situamos en el camping de la Pousada Bom Jardin. Unas instalaciones muy agradables. Allí, entre otras atenciones de sus propietarios, Isaías me invitó a pescar en el estanque que hay dentro del camping, de donde al poco de echar el anzuelo saqué un pez de entre un kilo y medio y dos kilos. El ejemplar era un tabatinga que inmediatamente el propio Isaías se puso a preparar. La receta fue realmente sabrosa y disfrutamos una cena en una animada conversación con nuestro anfitrión que como otras circunstancias ya descritas se quedará en nuestro recuerdo con gran agrado.
Y de nuevo termino el relato de esta etapa con una agradable anécdota.
Para terminar nuestro recorrido por la zona del P.N. Chapada dos Guimaraes llegamos al remoto pueblo de Bom Jardim, situado en un bonito entorno y nos situamos en el camping de la Pousada Bom Jardin. Unas instalaciones muy agradables. Allí, entre otras atenciones de sus propietarios, Isaías me invitó a pescar en el estanque que hay dentro del camping, de donde al poco de echar el anzuelo saqué un pez de entre un kilo y medio y dos kilos. El ejemplar era un tabatinga que inmediatamente el propio Isaías se puso a preparar. La receta fue realmente sabrosa y disfrutamos una cena en una animada conversación con nuestro anfitrión que como otras circunstancias ya descritas se quedará en nuestro recuerdo con gran agrado.
Buenos Dias. Muy bueno que estajas conociendo el gran Brasil. Desfrute.