Como ya hemos comentado dejamos para el final una de las visitas emblemáticas en Jordania: el desierto de Wadi Rum.
Aunque no es muy extenso, pasamos una semana completa perdidos por sus valles, dunas, cañones, arcos…
Ciertamente a nosotros nos pareció realmente bonito, a lo que seguramente contribuyó el hecho de que, por tratarse de una época de baja afluencia, pudimos disfrutar de una gran soledad, de noches en un silencio absoluto y una climatología muy agradable en general.
Los recorridos no presentan una gran dificultad en cuanto a los pasos con arena y el resto son vías sobre las que se rueda cómodamente.
Indudablemente, para los amantes del desierto entre los que nos contamos, es un lugar para el recuerdo y en el nuestro será uno de los puntos más evocados.
Para hacerlo aun más agradable para nosotros, pudimos disfrutar de varios fuegos de campamento con sus correspondientes barbacoas y desayunos en el exterior.
Una despedida de Jordania muy a tono con lo que el País nos ha deparado: Tranquilidad, buenas vistas, comidas agradables y gente acogedora.
Ahora ya, con la vista puesta en nuestra cita en Irán con Nuria y Antonio, nos disponemos a cruzar el norte de Arabia, Kuwait y unos ochenta kilómetros de Irak sin prisa, pero sin pausa.
No consigo , transmitir lo que siento desgraciadamente .
¡Pero nosotros nos lo imaginamos! Ya sabemos lo que te gusta el desierto, y este ers de los más bonitos