Cuatro minutos dramáticos…

Esta es, con toda
seguridad, la entrada que más felices enviamos a nuestro blog.
Habíamos llegado la tarde anterior a un bonito lugar citado en IOverlander,
tranquilo a la orilla de un hilo de agua y bajo dos enormes y bonitos cerros
rocosos a un kilómetro de la carretera entre Sucre y Potosí. Transcurrió sin
problemas la noche y amaneció un día soleado aunque pronto cayó un chaparrón
que no fue a más.
Vovió el sol y dedicamos un rato a limpiar los filtros del camión y aún
tuvimos tiempo de rodar con el dron un vídeo  de la zona en la que estábamos
acampados.
Sobre la una de tarde aparecen nubes de tormenta y poco después con
importante aparato eléctrico y ensordecedores truenos cae un chaparrón fuerte
(nada verdaderamente extremo) que dura aproximadamente una hora.
Vigilábamos el riachuelo y vimos que había crecido algo, pasando de la
anchura de un salto a tener como un metro y medio.
En estas condiciones comimos, tomamos café y decidimos hacer honor al día
de relax que habíamos decidido pasar durmiendo la siesta. El arroyo seguía en
las mismas condiciones.

Estábamos durmiendo cuando un estruendo de agua nos despertó y alarmados
vimos que el agua del arroyo ya llegaba al costado del camión que miraba hacia
él. En los cuatro minutos que nos costó recoger un poco (Magy) mientras yo ponía en marcha el camión (aire en los calderines, etc.) el nivel del agua había alcanzado y cubierto los grupos diferenciales.

Ver el vídeo de la riada

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