Recorrimos la Blue Ridge Parkway

Foto gentileza de Howard Kritzer.

Dentro de las muchas peculiaridades de este país encontramos esta ruta de 744 Km que en realidad es un Parque Nacional de unos centenares de metros a cada lado de la carretera que los recorre y los 744 Km de longitud y veintiséis túneles bastante justos de altura para nosotros, jalonada por decenas de zonas de aparcamiento (overlooks) que en una buena parte se han previsto en inicios de caminos (Trailhead) que llevan a cascadas, miradores, cimas de montaña, lagos, etc.

Como su nombre indica, ridge significa cresta, la carretera está construida prácticamente en toda su longitud sobre una cresta de la cordillera de los Apalaches, por lo que de forma casi permanente se tienen muy bonitas vistas a uno y otro lado.

El recorrido de sur a norte comienza en el Parque Nacional Great Smoky Mountains que debe su nombre a la neblina azulada que corona las montañas permanentemente.

Hicimos un recorrido por el Parque a través de un precioso bosque y enseguida iniciamos la Blue Ridge Parkway que nos llevaría 20 días completarla. Es realmente muy bonito el recorrido, si bien acaba siendo un poco monótono por lo poco variado del paisaje.

Hicimos múltiples visitas a cascadas, cimas con su correspondiente punto de vista, muestras de la arquitectura de los antiguos pueblos, un museo dedicado a la música de la zona, a la que llaman Blue Grass Music y que en nuestra profana opinión es parecida a los que nosotros conocemos como Country, con actuación en directo, pasando la mayor parte de las noches en alguno de los overlooks, a donde llegábamos después de las 17h para evitar que los Rangers del Parque nos vieran cuando cierran los puestos de control y se retiran a sus casas ya que está prohibido pernoctar en esos aparcamientos en los que, sin embargo, es genial quedarse pues aparte del silencio y el precioso paisaje, al estar la cresta y por lo tanto la carretera orientadas de norte a sur, todos los días disfrutamos de increíbles ocasos y no menos maravillosos amaneceres desde la ventana del comedor y la del dormitorio.

Fue en uno de estos amaneceres, estando aun en la cama contemplando la salida del sol por la ventana del dormitorio, cuando nuestro móvil avisó de una entrada. Lo abrimos y nos encontramos con un mensaje de alguien llamado Howard Knizer que había tomado 38 bonitas fotografías de nuestro camión con el sol naciente detrás durante ese mismo amanecer. Nos enviaba las fotos y nos informaba que ese viernes, sábado y domingo en un pueblo situado a unos kilómetros de allí llamado Floyd había un festival callejero de Blue Grass Music  además de mercado con productos locales. Nos sedujo la idea de pasar un par de días en el pueblo y disfrutar de la oferta. Cuando llegamos se presentó difícil aparcar el camión, pero vimos una bonita casa con un jardín sin vallar (muy normal por aquí) en el que había una pequeña caravana y dos personas. Magy, que para eso es “echada p’adelante” se fue a preguntar si nos permitirían ocupar por un par de días un pequeño rincón para asistir al festival , y de esa forma conocimos a William y Mik que no solo nos permitieron quedarnos allí, sino que fueron unos anfitriones encantadores y nos presentaron a las dos personas que se ofrecieron a enseñarnos algo de la zona. El viernes por la tarde y noche paseamos por Floyd escuchando a los grupos que actuaban por la calle, el sábado por la mañana estuvimos en el mercado y por la tarde pasó a recogernos David que con su coche y su abundante charla nos explicó todo lo habido y por haber alrededor del pueblo. A las ocho de la mañana siguiente tomó el relevo Jason, con el que fuimos hasta Buffalo Mountain en su coche y nos condujo en una caminata hasta la cima (pasa por ser la mayor altura de Virginia) en donde disfrutamos de unas notables vistas.

A la vuelta preparamos una deliciosa paella con el pescado y los camarones con los que un admirador anónimo nos había obsequiado el día anterior.

Creemos que no se pueden hacer más comentarios para agradecer la acogida que nos brindó la gente de este bonito pueblo de Virginia que decir a todos ellos y de todo corazón ¡Gracias por vuestra amabilidad y hospitalidad que han hecho que dejáramos Floyd con un nudo en la garganta, dejando allí buenos amigos!

 

Sobrevolando la Blue Ridge Parkway.

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